Cuando en una sociedad se presentan más de dos alternativas y más de dos individuos deben elegir sobre ellas, aparecen dificultades para tomar una decisión que satisfaga a todos los individuos.
Un mecanismo ideal de toma de decisiones debiera cumplir cuatro características:
- Transitividad: las preferencias deben ser coherentes. Si se lleva a cabo una votación entre 3 alternativas (o más), si se prefiere la primera a la segunda y la segunda a la tercera se deberá preferir la primera a la tercera.
- Decisión no dictatorial: este problema de toma de decisiones se solucionaría si se otorgase a una sola persona toda la responsabilidad. Sin embargo, en una sociedad democrática, por muy buenas que sean las intenciones del dictador, no se puede dejar que sea una sola persona la que tome todas las decisiones.
- Independencia de las opciones irrelevantes: el resultado ha de ser independiente de la existencia de una alternativa irrelevante que alteraría el resultado.
- Dominio no restringido: el mecanismo debe funcionar independientemente de cuál sea el conjunto de preferencias e independientemente de cuáles sean las distintas opciones entre las que hay que elegir.
El premio Nobel Kenneth Arrow, tras analizar distintas reglas, llegó a la conclusión de que ninguna regla de elección satisface las características planteadas. Es lo que tradicionalmente se ha conocido como el teorema de la imposibilidad de Arrow.
Por esta razón decimos que la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno, pues (en teoría) contribuye al bienestar de un mayor número de personas. Pero, ¿qué ocurre con las minorías?, ¿deberán resignarse a estar eternamente sometidas a la mayoría? Y, a lo que quería llegar, ¿no existe un mecanismo de toma de decisiones que favorezca a todos?
Sí, existe. Pero no se suele utilizar, no tanto por su complejidad que es mayor que la de la regla de la mayoría, sino más bien porque no interesa a los gobernantes, pues su papel dejaría de tener sentido. Estoy hablando del consenso.
¿Qué es el consenso?
El consenso es un mecanismo de toma de decisiones en grupo. Hasta aquí todo igual que en la regla de la mayoría, la diferencia radica en que se tiene en cuenta las aportaciones e intereses de todos los participantes y se elabora una alternativa que sea una síntesis de todas las demás, de manera que la solución final será aceptada por todos.
"El abrazo", cuadro pintado por Juan Genovés, expresa la satisfacción de tomar una decisión por consenso. Imagen capturada en elbaluartedesangervasio.blogspot.com
En una votación, la decisión final también es aceptada por todos, pues se supone que han aceptado las reglas del juego, sin embargo, siempre habrá personas insatisfechas, que pueden resignarse y someterse a la decisión de la mayoría esperando que en la próxima votación tengan más suerte o, lo que provocaría la desintegración del grupo, que se dediquen a sabotear al o los que estén en el poder e incluso se impongan por la fuerza a los demás, desembocando precisamente en lo que se quería evitar: una dictadura.
La situación ideal en un sistema en que se tomen las decisiones por consenso sería que hubiera unanimidad en las preferencias. Siendo realistas esto es imposible en la práctica totalidad de los casos, pero, precisamente, la divergencia de opiniones será la que convierta la decisión final en la opción más rica.
Después de exponer las bondades de este método, quiero explicar mi punto de vista sobre la imposibilidad, en el contexto actual, de ponerlo en práctica a gran escala.
Para arriesgarse a aplicar este mecanismo a la toma de decisiones sería necesario un radical cambio de mentalidad. En primer lugar, las personas encargadas de tomar la decisión deberían estar suficientemente informadas sobre el tema a tratar para poder tener una opinión sólida y defender la misma frente a los demás. En segundo lugar, sería necesaria una tolerancia sin precedentes, que las personas no se aferrasen a sus creencias o inclinaciones, sino que supieran distinguir los argumentos racionales, es decir, fueran capaces de ceder. Al igual que en un sistema en que se utilice la regla de la mayoría, las personas tendrán que sacrificar algunos intereses, pero con la diferencia de que lo harán por su propia voluntad, porque están convencidas de que es lo mejor para el grupo.
Para terminar, creo que será aceptado por todos que, hoy en día, la toma de decisiones a gran escala (ya sea a nivel municipal, provincial o estatal) mediante consenso es no menos que imposible. Sin embargo, si es posible y, en mi opinión, recomendable, ponerlo en práctica en las relaciones coloquiales como puede ser dentro de una familia, de un grupo de amigos, de un equipo de trabajo, de una asociación o, incluso dentro de los propios partidos políticos. Este es el primer paso para ir concienciándonos mutuamente, para ir abriendo nuestra mente a nuevas ideas, lo que significa, en definitiva, escuchar a los demás. Así, en un futuro, será posible ponerlo en práctica a nivel global.
El historietista Quino, a través de las tiras cómicas de "Mafalda", caricaturizó la sociedad y la política argentina de su tiempo, no muy distintas de las nuestras. Esta viñeta la he encontrado en el blog anteriormente mencionado: elbaluartedesangervasio.blogspot.com
Fuentes:
http://www.amigosdemaria.com/version2/activismo/la-toma-de-decisiones-mediante-el-consenso.html Al encontrar esta página se me ocurrió la idea de proponer una alternativa a la regla de la mayoría, la cual me ha ocasionado frustraciones y preocupaciones en muchas ocasiones. Que a nadie alarme que sea una página dedicada a la legalización de la marihuana, pues su desarrollo de la toma de decisiones mediante consenso está muy logrado.
Manual de La economía del sector público de Joseph E. Stiglitz. Por segunda vez recurro al manual utilizado por nuestro profesor para explicar el teorema de la imposibilidad de Arrow, teoría que no rechazo, pero que he intentado suavizar en esta exposición.
www.ucema.edu.ar Nuevamente he utilizado la presentación de Power Point llamada Utilitarismo_regla_de_la_mayoría_y_democracia que se puede encontrar en esta página que ya utilicé para hablar de la regla de la mayoría, pues también trata el teorema de la imposibilidad de Arrow y la tiranía de la mayoría.
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